sábado, 16 de abril de 2011

El pajarillo

Un día un pajarillo quiso entrar por mi ventana,

Amor, dijo el pajarillo que se llamaba.

¡Chingas a tu puta madre, le dije,

Por mi venta no entras!

¡Chingas a la tuya pendejo,

Voy a entrar aunque no quieras!



Que no, puta madre, ya te dije que no entras

Que sí, puta madre, ya te dije que sí entro.



Así comenzamos a pelear,

Que no entras, que sí entro.

Entonces, harto yo de tanta pendejada,

Corrí a buscar mi pistola mientras pensaba

“ahora sí no te la acabas”.



El problema fue que, aprovechando mi ausencia,

El pajarillo entró, no por la ventana, sino por la puerta.

Cuando lo vi trate de reclamarle, pero el muy zorro me dijo

“tú dijiste que por la ventana no entraba, y yo entré por la puerta.



A pesar de sus palabras

Me puse colérico y le apunté con el arma.

Y gimió, gimió como una nena cuando le soné mi pistola.

“no tan rápido, que me duele y entonces no es dramático”.



A la verga, me vale si tu muerte

No es novelera.



Cuando el pajarillo se murió,

Miré su cadáver con orgullo.

“ahora sí gatillo, ya te tocó el turno”.



Y entonces dijo el gatillo, “ puta madre, que sí entro”.

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