sábado, 22 de mayo de 2010

Ley Arizona

Hace unos días, en el estado estadounidense de Arizona, el congreso aprobó la ley SB 1070 para convatir el problema de la inmigración. la ley dice que cualquier persona que esté de manera ilegal en el estado, cualquiera que no traiga su Green Crad y cualquiera que lleve en su auto a un idocumentado, aunque sea su pariente, será detendio y encarcelado. Hasta aquí lo hechos.

A raíz de la mencionada ley, México mostró su indignación. Esto era algo totalmente predecible pero ¿de verdad tenemos derecho a sentirnos indignados? digo, en lo personal creo que estamos haciendo una tormenta en un vaso de agua.

Pensemos, sólo por un momento, en la manera en la que nosotros tratamos a los estadounidenses, a los españoles, a los japoneses y demas personas extrangeras que reciden en nuestro país... pensemos en ellos y recordemos todas las veces en las que les hemos negado la palabra, en las que nos hemos burlado de ellos o los hemos insultado... pensemos en todos los chistes racistas que muy frecuentemente nos divierten... pensemos en eso y entonces preguntemonos ¿Somos nosotros tan diferentes de esos políticos racistas estadounidences? ¿sí? yo no veo la dierencia.

Los mexicanos debemos dejar que esta situacion se resuelva con la política estadounidense pues, al fin y al cabo, ellos son los que aprobaron dicha ley... dejemoslos porque, de verdad, nosotros no tenemos cara para reclamarles por esa deplorable muestra de racismo.

martes, 18 de mayo de 2010

LA LECTURA

En estas fechas, en el centro de la ciudad de Guadalajara Jalisco, se está llevando a cabo la “Feria Municipal del Libro de Zapopan”. La misión de esta feria, según dicen los organizadores, es la de ofrecer libros de toda índole y a precios accesibles al público en general. Esto con la finalidad de hacer que las personas se interesen en la lectura, pero, ¿cree usted que se cumpla este propósito? ¿Acaso las personas leerán más por el simple hecho de venderles los libros en cantidades que, según los organizadores, son bajas?
Si retrocedemos en el tiempo hasta épocas muy alejadas de la actual, podremos darnos cuenta de que, mucho antes de que Alba Edison inventara la bombilla o de que Benjamin Franklin descubriera la electricidad, las personas tenían formas de entretenimiento muy diferentes de las que se practican ahora: la lectura era una de esas formas.
Es cierto, no voy a negar que este método de entretenimiento era un privilegio del que sólo gozaba un sector muy reducido de la población, y que ese sector estaba integrado, obviamente, por aquellas personas que tenían la posibilidad económica de solventar el precio de los libros, pero no hay que olvidar que en aquella época (podemos elegir cualquiera que esté antes de 1776) la religión, especialmente la católica, tenia un gran poder sobre las personas de las diferentes naciones que estaban sometidas a su mandato. La iglesia católica se encargó de que muchas de las personas analfabetas aprendieran a leer, aunque su único objetivo era hacer que leyeran la biblia para poder seguir teniéndolos controlados.
En nuestra época eso ya no se ve, o por lo menos ya no tanto como antes, pero, la modernidad en la que estamos viviendo, la complejidad de nuestras redes satelitales, la flojera de las personas, la globalización, la falta de interés en la lectura y un montón de razones más, están haciendo que las personas dejen de buscar en la lectura de alguna novela o un cuento la antigua manera en la que la gente se entretenía antes de que existieran los aparatos electrónicos que hay hoy en día.
Entonces, retomando la pregunta que antes he formulado, ¿el objetivo dado por los organizadores de los eventos como la Feria Municipal del libro de Zapopan, es decir, lograr que las personas se acerquen a la lectura se cumple?
Yo, sinceramente, creo que no. Esa es sólo una excusa con la que se lavan las manos cuando un reportero les pregunta si el lucro en el motivo de realizar semejantes eventos. Pienso que, en países como el nuestro, la lectura no va a atraer a los que aún no están interesados en ella, hasta que no exista un programa, bien diseñado y organizado, que permita a las personas empaparse tanto de buena lectura que al final les sea imposible zafarse de esta forma de entretenimiento.

¿LA INFIDELIDAD ES JUSTIFICABLE?

Existe un tema que es muy recurrente dentro de las conversaciones de cualquier sector de la sociedad: la infidelidad.
Hace unos días se informó, en un periódico local, sobre la muerte de Tanilo Santos. No voy a dar detalles de lo ocurrido pues ese no es mi trabajo, sin embargo, días después del suceso, comenzó a circular el rumor de que la señora Natalia Santos, cónyuge del hombre antes mencionado, le era infiel a su esposo con el hermano de este. Ella lo negó categóricamente en una entrevista que se le hizo, pero él (el hermano de Tanilo) dijo que el rumor era cierto, que Natalia y él se habían enamorado y tenían una relación desde hace mucho tiempo. Ante estas declaraciones no puedo dejar de preguntarme ¿Existe algún motivo que justifique la infidelidad?
Si nos remontamos a cualquier fecha en la historia podremos darnos cuenta de que la infidelidad es tan antigua como la vida de pareja, de que existe desde hace miles de años y de que ella ha sido la responsable de numerosos sucesos que han marcado la historia del mundo; mencionaré el caso del rey Enrique VIII, esposo de Ana Bolena, que le era infiel a la reina con la hermana de esta.
Pero, volviendo a la pregunta anterior ¿Se puede justificar una infidelidad? Yo creo que no existe ninguna razón para tal acción. Muchas personas opinaran que el amor es un motivo más que justificable para la infidelidad, pero, a mi manera de ver las cosas, ser infiel es algo que no puedes disculpar aún cuando no estés enamorado de tu pareja. Si una persona se enamora de alguien más que no sea su compañero, entonces debe abandonar la relación que este manteniendo en ese momento para así comenzar la otra sin ningún cargo de conciencia.
Claro, soy consiente de que la mayoría de las personas somos un poco reticentes a causarle dolor a alguien más, ni siquiera un dolor emocional. De hecho, a menudo se presenta esto último como la excusa predilecta que usan las personas cuando se les interroga la razón por la que no dejaron a su pareja antes de meterse en una nueva relación; “es que no quería herirlo con mis acciones, por eso no le dije que estaba viendo a alguien más”. Yo creo que esta excusa, al igual que ocurre con el amor, está totalmente fuera de lugar; lo que esas personas tuvieron fue miedo a la reacción que generaría su infidelidad y por eso lo mantuvieron en secreto.
No importa la razón que una persona dé para justificarse, la infidelidad está mal y hasta que no lo entendamos no podremos dejar cometerla.

EL VASO

Mi vaso, perfecta muestra del maravilloso trabajo del vidrio soplado, descansa ahora sobre el escritorio de la computara, como si de un hermoso adorno se tratara. Su tonalidad cerúlea-transparente me evoca los recuerdos más interesantes de la época en la que me consideraba pintor, cuando tuve que aprender a identificar por sus nombres todas las tonalidades de todos los colores. El cerúleo es el tono de azul que más me gusta, y ahora que lo veo repetido en el vidrio del cual está hecho el vaso, mi boca no puede evitar formar una sonrisa.

Mide exactamente una cuarta de altura, lo sé porque en la primaria me enseñaron a hacer esa medida con mi mano y en la época actual la sigo usando cuando necesito medir algo y no tengo ningún instrumento para este fin. Es grueso, pero no pudo dar una medida especifica para determinar qué tan grueso; tal vez tenga el diámetro de una naranja mediana.

A la mitad del vaso, tiene un sencillo grabado en relieve hacia dentro de él; muy sencillo ya lo dije, sólo unas finas líneas que lo recorren desde esa mitad hasta su base y hacen que imagine que el vaso está coronado como rey aunque yo sea el que dispone de él y no al revés.

Desde el momento en el que lo compre en una tienda departamental, no he dejado de usarlo; cada bebida que quiero llevarme a la boca debe estar en ese vaso. Me gusta su textura suave y dura y la sensación que produce el contacto del frío cristal con la calidez de mi mano y, posteriormente, con la humedad de mi boca.
Ese es mi vaso, el único que uso cuando estoy en mi casa, el único que me acompaña cuando estoy solo, como ahora mismo. Aquí conmigo hasta que, en algún momento de descuido, se quiebre en mil pedazos.

lunes, 17 de mayo de 2010

Desapareció ¿por qué a los políticos les preocupa tanto?

Hace unos días se dio a conocer la noticia de la desaparición de Diego Fernandez de Cevallos, a partir de ese momento comenzaron a aparecer varias especulaciones acerca de su paradero, o el motivo por el cual desapareció.

es una pena que un político de su calibre se vea metido en este tipo de situaciones, la sangre encontrada en su auto indica que es muy posible que esté mal herido pero, a pesar de que su desaparición es algo desconcertante, creo que el gobierno deberia preocuparse más por hacer su trabajo en vez de unirse a la busqueda del "Jefe Diego"; eso es algo de lo que se tiene que encargar la autoridad correspondiente.

¿A qué me refiero con eso? bueno, ahora he leido que varios miembros de la política mexicana, entre ellos el presidente Felipe Calderón Hinojosa, se han congregado para realizar una busqueda y así encontrar a su querido compañero. ¿Para qué? ¿Es que acaso los políticos saben que la policía no podrá encontrarlo? ¿no confian en la autoridad que, supuestamente, se está encargando del caso?

sea cual fuere la razón, creo que es inadmisible... lo que es de los políticos a los políticos y lo que es de la policía a la policía. punto.

LA VERDAD

Se están mirando fijamente, ninguno de los dos sabe exactamente cómo es que ellos, los acérrimos enemigos, han llegado a “esa” situación, pero puede verse que no se arrepienten

Ambos están desnudos, uno mirándole al otro el enorme poder y la grandeza de su sexo, pero ninguno de los dos se preocupa por examinar los miembros. Los ojos, verdes unos y grises los otros, siguen viendo directamente a la mirada del otro y ambos parecen perdidos, como si el mundo hubiera dejado de girar y ellos no se dieran cuenta.

Al fin, con mucha parsimonia, el de los ojos verdes se acerca al de los grises y
apoya su mano en la mejilla de su compañero; este, al sentir la, por mucho tiempo deseada, caricia, no puede hacer otra cosa que inclinar un poco la cabeza para profundizar el contacto pero sin apartar la vista del otro.
Entonces el de ojos grises habla. Dice algo sumamente hermoso, algo que le cuesta mucho trabajo decir ya que jamás se lo ha dicho a nadie que no sea su familia inmediata: “te amo Harry”. Y Harry sabe, por el tono meloso que el otro emplea que, por primera vez en su vida, le está diciendo la verdad